domingo, 15 de marzo de 2009

Llora de emoción en su ‘dulce debut’


El Universal Domingo 15 de marzo de 2009
Su esposo Carlos Cruz y su amigo el director Felipe Fernández del Paso consideraron que la actuación de Itatí Cantoral en Dulce Caridad merecía una ovación de pie en su debut. El resto del público consideró suficiente un fuerte aplauso desde su butaca. Pero eso bastó y sobró para que Cantoral llorara como una niña a la que le acaban de cumplir el sueño más preciado de su infancia. Las lágrimas desparramaron el rímel de sus ojos y la voz se le cortaba al dirigirse al público que le aplaudía y a los dos hombres que la ovacionaban de pie. “Gracias por su cariño, gracias porque pude hacer este personaje, gracias por habérmelo prestado”. Y luego lloró.
Este musical lleva casi un año en cartelera protagonizado por Lola Cortés, cuyas actuaciones le han valido múltiples ovaciones de pie de parte de todo el público que la ha visto. Cantoral es actriz invitada durante tres meses y actuará en lugar de Cortés en la segunda función de los viernes. Esta semana fue la primera de ellas y la propia Cortés se quedó en el tetro luego de haber actuado la primera función para “apoyar moralmente” a su alternante. Se negó, sin embargo, a emitir alguna opinión: “No tengo comentarios respecto al trabajo de Itatí, esto no se trata de una competencia. Ni siquiera puedo decir que yo la haya ayudado con mis consejos porque eso equivaldría a decir que la dirigí. Simplemente le comenté que tuviera cuidado con ciertos trazos en el escenario porque ella viene de haber dado a luz hace tres meses”. Lolita explicó que cuando ella debutó hace un año, recién habían sido operada de la rodilla, por lo que al momento de bailar, aquellas limitaciones físicas podrían provocar molestias similares al hecho de que Cantoral aún no se recupera del todo. En efecto, aunque el caso de Itatí no tiene nada que ver con operaciones de rodilla, es notorio que todavía no alcanza la plenitud física: le falta fuerza al marcaje de sus pasos en técnica Fosse, respira con dificultad en las coreografías de más de tres minutos, y no llega a tiempo a algunos momentos clave de las rutinas cómicas. Para su buena suerte, el carisma y personalidad que muestra en el escenario bastaron para encantar al público.
Por lo menos fue suficiente para que dos de ellos se levantaran a ovacionarla de pie y el resto desde sus butacas.

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