miércoles, 8 de abril de 2009

Nicolas Cage: "La ciencia ficción permite conectar con el público"


Nicolas Cage promociona Señales del futuro,el filme dirigido por Alex Proyas (Yo, robot)en el que encarna a un profesor que halla una cápsula del tiempo en la escuela de su hijo que contiene predicciones, algunas cumplidas y otras futuras, que lo obligan a actuar con rapidez para tratar de salvar a los demás.
¿Por qué aceptó el papel?
Porque sentí que estaba en completa sintonía con Alex Proyas y con la historia. En lo que respecta al estilo, tiene la capacidad de hacer que una película se vea realmente bella, pero de un modo que le es propio: su estilo es casi documental y por eso la experiencia de los personajes resulta incluso más aterradora.
¿Qué otros aspectos del trabajo de Proyas le llevaron a querer trabajar con él?
Es original y tiene la capacidad de conectar con mucha gente. Su estilo es entretenido pero, al tiempo, lleva a la reflexión. Por otra parte, su estilo visual es único, lo que lo convierte en un director con sello propio. También es bueno trabajando con los actores. Se preocupa mucho por el trabajo.
Una de las cosas más importantes para nosotros, los actores, es poder entrar al plató y sentirnos libres y relajados, ya que eso nos permite recurrir a nuestros sentimientos más íntimos y compartirlos con el espectador.
No es la primera vez que, como actor, juega con la posibilidad de cambiar el futuro ¿Es un tema que le interesa?
Sí, y mucho. Cuanto más trabajo en cine, más me doy cuenta de que la ciencia ficción es uno de los únicos modos de ser abstracto y, aún así, lograr una conexión con el público. Me gusta encontrar en mi trabajo distintas maneras de explorar lo abstracto, de tal modo que pueda ser comprendido por la gente, aunque sea a nivel intuitivo. Esta película me ha dado la oportunidad de abrir mi mente y, con un poco de suerte, también la del espectador.
Si fuera posible, ¿le gustaría conocer su futuro?
Me interesan el futuro y las profecías. Siempre me pareció fascinante leer predicciones como las de Nostradamus, por ejemplo. Pero debo decir que sigo prefiriendo que exista un elemento sorpresa. Me temo que si supiéramos lo que va a suceder a cada momento la vida se volvería muy aburrida, así que es lindo sorprenderse de vez en cuando.
A pesar de la crisis, nunca le fue mejor a las grandes superproducciones norteamericanas de lo que les va este año. Ahora, más que nunca, las películas dejan ver su utilidad como una forma de escapismo sanador, algo que ayuda a las personas a sobrellevar el día a día. Es el mejor entretenimiento y, probablemente, es también el más barato. Siempre me digo que, si una de mis películas logra que un niño sonría, si le proporciona un motivo de emoción, entonces no existe nada mejor que yo pueda hacer. Y creo que eso no se aplica sólo a los niños, sino también a los adultos. Lo cierto es que existe una necesidad de ir al cine, de olvidarnos por un rato de nuestros problemas, de nuestra vida de todos los días y de los conflictos económicos, del calentamiento global y todas esas cosas. Pero, al mismo tiempo, creo que las películas pueden ayudarnos a atravesar estas experiencias porque se enfrentan a los acontecimientos actuales, los redefinen y se reconcilian con ellos y, en este sentido, funcionan como un estímulo para reflexionar sobre nuestro presente.

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